Cuando las empresas suizas envían a sus alumnos a un curso intensivo de etiqueta
Algunas empresas en Suiza quieren enseñar a sus aprendices cómo comportarse adecuadamente en un entorno profesional. Las instituciones de formación creen que esta educación es cada vez más necesaria para las generaciones más jóvenes.
“Se puede usar perfume, pero no demasiado”, dice un aprendiz de pintor. Ella responde a una pregunta formulada por un instructor en clase sobre si el desodorante y el perfume son apropiados en la vida laboral diaria. “Hay que oler bien y ser agradable”, opina el aprendiz.
A primera vista, el desodorante y el perfume tienen poco que ver con la profesión de pintor. Sin embargo, el pintor de Basilea Marcel Fischer envió a sus once aprendices a un curso de etiqueta en el lugar de trabajo.
"Nuestra etiqueta es nuestra apariencia exterior", afirma Domenico Forastefano, subdirector general de la empresa de pinturas. “Si uno de nuestros empleados viaja en tranvía con nuestra camiseta con nuestra marca, su buen aspecto influye en nuestra reputación. También es importante si un empleado se comporta de forma cortés y respetuosa con los clientes”.
Forastefano quiere recuperar lo que considera principios básicos: “los valores que quizás experimentamos más en la generación anterior”.
Christian Rieder, del centro de formación “fit4school”, afirma que hoy en día muchos jóvenes están menos familiarizados con las normas de comportamiento. Lo ha comprobado trabajando con varios programas de aprendizaje, por lo que el instituto de formación decidió incluir cursos de etiqueta en su programa.
"Los jóvenes a menudo carecen de puntos de referencia", afirma Rieder. En el pasado, los supervisores solían vestir mejor que sus empleados. En cierto modo, esto facilitó que los jóvenes tuvieran una conexión visual con una figura de autoridad. Las jerarquías planas pueden resultar confusas. Como ejemplo, señala el cambio hacia un lenguaje menos formal cuando se dirige a los superiores en el lugar de trabajo. Anteriormente, los empleados solían dirigirse a sus superiores como "Sr." o "Señor", pero esto ya no necesariamente se aplica en una jerarquía plana.
"Las empresas están reaccionando ante algunas inseguridades entre los aprendices", afirma Marc Scherrer. Es responsable de la formación en la Cámara de Comercio del cantón de Basilea y recibe muchas consultas de empresas que contratan aprendices.
“A menudo son ejemplos banales”, afirma. No venir al trabajo en chándal, saludar amigablemente a los compañeros por la mañana, apagar el ordenador al final de la jornada laboral, etc.
A veces, sin embargo, se necesita la ayuda de expertos externos. Se puso en contacto con “fit4School”, cuyo curso de formación fue muy apreciado posteriormente. "Esperábamos tener una demanda, pero no tan alta", afirma Scherrer.
Los cursos son populares entre empresas de toda Suiza, afirma Rieder. Sin embargo, no puede dar cifras concretas sobre la asistencia, ya que acaban de empezar a ofrecer el curso y la demanda les ha pillado desprevenidos.
Sin embargo, sí comparte algunas ideas sobre qué puntos de etiqueta se adaptan mejor que otros a los aprendices que toman el curso:
Traducido del alemán por Alexandra Andrist, SWI swissinfo.ch
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